martes, 11 de agosto de 2015

TESTIMONIOS ENCUENTRO EUROPEO DE JOVENES

La alegría de ver a Dios
Acaba una semana trepidante en lo físico, pero sobre todo en lo espiritual. Concluye una aventura, una experiencia, una hazaña, una andanza, un acontecimiento… pero sin duda la palabra que mejor lo define, es REGALO.
Y es que un regalo, el poder pasar una semana entera con 300 jóvenes de la diócesis, con 6000 de toda Europa y algunos países del mundo y disfrutar de un maravilloso programa con ellos.
El vivir la alegría de ver a Dios en detalles, en sonrisas, en gestos, en miradas. Jóvenes que un sábado noche están sentados en un suelo, no cómodo, pero fijos en una custodia donde se encuentra el rey del amor, ese amigo que nunca falla, como decía Santa Teresa de Ávila, SOLO DIOS y con un silencio sepulcral, de esos de los que infunde respeto, aún se me pone el vello de punta al recordar ese momento.
Hemos andado, cantado, reído, disfrutado, rezado, ha habido tiempo de baño en un pantano, incluso nos hemos emocionado; pero sin duda, lo hemos visto a Él.
Describir lo vivido no es fácil, las experiencias de este tipo necesitan un armario muy singular para ser guardadas; solamente el corazón puede atesorarlas.
Créanme, que es imposible describir la alegría y el respeto de esos jóvenes, la forma de vivir su fe y convivir entre todos, esos cánticos por las calles y ese “buen rollo” entre diócesis, eso solo quienes lo hemos vivido sabemos de qué estamos hablando.
Durante estos días, me viene a la cabeza el salmo 125; y es que así ha sido “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”, porque decir que ha estado grande es poco y el decir que estamos alegres se queda corto también, ya que la experiencia de Iglesia joven y alegre que hemos podido ver ha sido inmensa; pero sin duda lo realmente “difícil”, es llevarnos esta experiencia al día a día, que todo el mundo vea en nosotros esa alegría que hemos recibido.
Sin duda una experiencia maravillosa, que deja huella en los corazones y que sin duda será un impulso para nuestro día a día en nuestras diferentes realidades.
Mario G.


ENCUENTO EUROPEO DE JÓVENES (EEJ) ÁVILA 2015.
EN TIEMPOS RECIOS, AMIGOS FUERTES DE DIOS.

            Si algo puedo decir de esta experiencia es que CRISTO TE AMA. Desde el lunes 3 que salimos rumbo Sotillo de Adrada hasta la misa del día 9 en Ávila, lo único que se manifestaba era detalles de ese gran amor. Comenzamos con buen pie con una maravillosa vigilia en Sotillo. El martes emprendíamos el camino hacia El Barraco, para llegar finalmente el miércoles a Ávila. Esos dos días que compartimos los 308 jóvenes toledanos fueron una preparación para todo lo que nos esperaba durante los días del encuentro, con el lema “En tiempos recios, amigos fuertes de Dios” y como referente a Santa Teresa de Jesús. La llegada a la muralla de Ávila fue una fiesta, miles de jóvenes procedentes de diversos lugares nos encontramos ante el escenario donde fuimos acogidos. Los siguientes días continuaron entre catequesis, talleres, visita a lugares por los que Santa Teresa vivió, conciertos, tiempo de oración,… Concluyendo con la vigilia el sábado por la noche y la misa de acción de gracias del domingo.
            
No era mi primer encuentro europeo, y el día antes de partir surgen las dudas: para qué repetir, qué sentido tiene volver a algo así, dormir en el suelo con una esterilla, duchas a las tantas con agua fría, pasar tantísimo calor durante el día, caminar y caminar,… La respuesta sólo se encuentra una vez estás allí, y es muy sencilla, la amistad hay que cultivarla, Dios tiene una historia de amor con cada uno, a pesar de ser 6000 personas, Él nos habla de forma individual a cada uno. A su vez ha sido un encuentro de Iglesia, una Iglesia joven, con ilusión, llena de ganas de revindicarse en estos tiempos que al igual que los que vivió Santa Teresa, son tiempos recios, sin caer en relativismos sino reafirmarse en nuestros valores. Para esto es muy importante la compañía de aquellos que nos guían, acompañan y aconsejan, los sacerdotes. Me quedo con unas palabras de uno de ellos: “Para tratar con Cristo hay que volver a ser un niña, aunque ante el mundo te endurezcas, nunca ante Él”.
           
Como no va a llegar todo esto a mi corazón si tenemos de guía a Santa Teresa, que después de 500 años sigue tan vigente como el día en que escribió sus libros, muy recomendable su lectura. Si con algo me quedo es con esa búsqueda persistente de Dios, Santa Teresa no vio a Dios el día que entró en el Carmelo, pasarían años hasta que tuviera una experiencia de Dios real, que la impulsó a reformar su orden.
            Todo bajo el amparo de la patrona de España y de la juventud española la Santísima Virgen Inmaculada. Los jóvenes españoles recibíamos la nueva imagen hiperrealista de la Inmaculada joven (cuadro de sor Isabel Guerra). Como santa Teresa se puso a sus pies y le pidió que fuera su madre, así me encomendé ante esta nueva imagen.
           
En la vigilia cuando se adoro al Santísimo Sacramento, las 6000 personas quedamos en silencio total, hasta los coches que pasaban cerca parecieron silenciarse. En ese silencio sepulcral alguien en la calle blasfemó, no quiero dejar de admirarme como CRISTO NOS AMA tanto que responde con el silencio, por ello pido a todo aquel que lea estas palabras rece un Padre Nuestro para que todo el mundo descubra ese AMOR. Acabo con una frase de un testimonio de un matrimonio en la vigilia “El tiempo infinito de Dios y el tiempo finito de los hombres coincide en el AHORA MISMO”. Y al tiempo que Dios quiera veremos los frutos de este encuentro, que no dudo que serán muchos. 

Laura D.

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